La próxima semana celebraremos con un grupo de alumnos de 1º de Bachillerato de nuestro Colegio el Sacramento de la Confirmación. Como viene siendo habitual en los últimos cursos, unos días antes, los chicos viven en el Colegio una Retiro de Pre-Confirmación promovido desde Pastoral. Desde el año pasado, esta vivencia es compartida por nuestros alumnos con otros jóvenes llegados desde la Escuela Virgen de Guadalupe de Badajoz y la Parroquia de la Santísima Trinidad de la capital pacense.
Así a los cincuenta alumnos del San José se unieron dieciséis del Guadalupe y cuatro de la Parroquia de Badajoz, y junto a ellos dos profesores de cada centro formativo y dos monitores de la Santísima Trinidad. Se trata de una experiencia que, en palabras del Coordinador de Pastoral de nuestro Colegio, Carlos Montanero, “es muy positiva porque nos favorece a todos y fortalece a la PAL Extremadura, es una forma de enriquecernos todos de esta vivencia conjunta de unos con los otros”. La acogida, los testimonios, la oración, el Sacramento de la Penitencia y la Eucaristía, fueron momentos destacados de este Retiro que los chicos también vivieron con gran intensidad.
“Me hubiese gustado que esta experiencia fuese más largar para conocer a algunos más de los compañeros llegados desde Badajoz, incluso poder profundizar más en las personas con las que convivo todas las semanas, pues el poco tiempo que duró esta experiencia me dejó con el vaso medio lleno. Para mí lo más importante fue compartir este gran momento con mis compañeros de curso y los visitantes. Entre todos hicimos de esta experiencia una prueba de que Jesús anda entre nosotros y que el amor de Dios está para ser compartido con la gente que te rodea, tanto con los que consideras familia como a los que nunca has visto. Dentro de poco me toca, a mí y a mis compañeros dar el paso a decir este “Sí” definitivo, y esta experiencia ha sido un punto de reflexión sobre esta gran decisión que vamos a tomar”, nos cuenta Rodrigo M.
“Este Retiro es para concienciarnos antes de la Confirmación los dones que vamos a recibir y saber cuál es nuestra misión de mostrar a Dios aquí en la Tierra, darnos cuenta de que Dios además de mostrarse ante nosotros, nos encarga ser pescadores de hombres, nos une más íntimamente a la Iglesia y nos enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. Es darnos cuenta de que, ante las adversidades del camino, nuestra fe fortalece y no nos dejemos influir por el pecado. Los dones son fortaleza, sabiduría, inteligencia, ciencia, consejo, piedad y temor de Dios”, explica María H.
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