Hace apenas cuarenta y ocho horas que volvieron a casa los peregrinos del grupo de nuestro Colegio que recorrieron el Camino de Santiago hasta alcanzar el objetivo previsto, recorriendo la Vía de la Plata desde Orense a Santiago. En el grupo, sesenta y dos alumnos, acompañados de guías y monitores que han conseguido cumplir una vez más este proyecto de Pastoral de nuestro Colegio. Con el tiempo justo para descansar un poco en lo físico y la huella aún fresca en el interior, dos de esos alumnos nos cuentan en unas líneas el balance de lo que ha supuesto para ellos vivir esta experiencia colegial.

 

«Quiero decir que ésta ha sido, es y será una experiencia inolvidable, también sé que he vivido, experimentado y sentido, durante una semana, la vida que Jesús quiere para mí.

También he aprendido que este camino no acaba aquí, sino que el camino de la vida sigue, hay dificultades que hay que afrontar y superar, confiando y siguiendo a tus flechas amarillas. Además, quiero decir que mi mayor flecha amarilla es Jesús, a quien veo reflejado en todos vuestros rostros y almas y he sentido como me daba fuerzas y me decía “confía”. Y que hay momentos que son tesoros que tengo que guardar en lo más íntimo de mi corazón, pero siempre compartirlos con los demás.

Por último, dar gracias a Jesús por ser mi mejor amigo y hacerme vivir esta increíble experiencia en este hogar que sois todos vosotros, también quiero dar gracias porque todos vosotros me habéis ayudado a realizar los 120km, pero sobre todo me habéis ayudado con la inspiración de Dios a recorrer estos 30 cm de la cabeza al corazón.  ¡GRACIAS! » (María Cordero – 3º ESO)

 

«El Camino para mí se resume en el título de una canción “Es de locos”. Es así porque llegué al camino estando cuerdo pero un día se me calló un tornillo y desde entonces estoy loco, pero desde entonces soy feliz y el día que encuentre ese tornillo lo tiraré. El tornillo simboliza todo aquello de lo que me he podido desprender en esta experiencia, aquello que no es necesario y que no debemos llevar en nuestra mochila. Miedos, inseguridades, aprender a desinstalarse, salir de la zona de confort, el temor de expresar tus sentimientos, emociones y tu fe. Esto que parece ser de locos es lo que me hace ser realmente feliz. Todo ello ha sido posible gracias al grupo de monitores, grupo de marcha, grupo de comida y a las flechas amarillas que me han acompañado y guiado durante todo el camino y sobre todo a Jesús, todo esto ha sido la llave que desatornilló ese tornillo.

Y como ya he dicho anteriormente, cuando lo encuentre lo tiraré, porque el camino no se acaba en Santiago, continúa y probablemente vuelvan los baches que nos hagan tropezar, los problemas, miedos y lo único que le ruego a Jesús es que, cuando eso suceda y encuentre ese tornillo, pueda tener presente lo vivido en el Camino y me de fuerzas para poder tirarlo y seguir estando loco.

Para finalizar solo me gustaría dar las gracias por la gran oportunidad que me ha sido otorgada, por haberme guiado en el camino de los 30 cm, por en tan solo seis días haber creado un hogar, y por enseñarme a vivir como el peregrino número uno.  Solo puedo deciros gracias y por ello, como dice la canción, os entrego todo lo que sé y todo lo que soy.

Si algo he comprendido bien durante este camino es que Jesús no nos ha otorgado este tesoro o perla solo para guardarlo, por lo que pido que respondáis a la llamada y entregaros a los demás tanto en voluntariados, siendo catequistas, o simplemente ejerciendo todo lo aprendido en vuestra vida.» (José Antonio Gallardo)