El pasado mes de febrero se abría en Roma la causa para la beatificación del P. Pedro Arrupe, que fuese Padre General de la Compañía de Jesús entre 1965 y 1983. Nacido en Bilbao en 1907 y fallecido en Roma en 1991, Arrupe fue testigo de uno de los acontecimientos más tristes de la historia reciente, la explosión de la bomba atómica en Hiroshima le cogió a apenas unos kilómetros en una casa que tenían allí los jesuitas y donde pudieron prestar su apoyo y conocimientos humanos y médicos a miles de heridos en la catástrofe, durante los meses siguientes al suceso.

En una zona donde reinaba la devastación por el efecto destructor de la bomba, crecía ajeno a la catástrofe un árbol que, desde entonces, estaría ya ligado en espíritu al P. Arrupe: el «Ginkgo Biloba«.

Otro mes de febrero, más reciente, de hace tres años, coincidiendo con la celebración de nuestra Semana Ignaciana de ese curso dedicada al P. Arrupe en el 25 aniversario de su muerte, se plantó un árbol de esta especie en los jardines de nuestro Colegio. Hoy se ha colocado una placa que recuerda su historia y la del P. Arrupe y simboliza nuestro recuerdo y nuestra unión con la causa de beatificación que sigue su curso en Roma.

Gabinete de Comunicación.