Impregnados aún por la celebración de la Pascua, queremos dejar en esta entrada de nuestra web la valoración que nos llega de la Pascual Familiar vivida un año más en nuestro Colegio, por un numeroso grupo de familias llegadas desde distintos puntos. Una cita que hemos seguido puntualmente a través de las redes sociales del Colegio y que hoy nos explica desde dentro Toni Meléndez, directora de la Escuela Virgen de Guadalupe, de Badajoz.
«Durante los últimos siete años un nutrido grupo de familias procedentes de diferentes localidades (Sevilla, Madrid, Burgos, Granada, Valladolid, Zafra, Villafranca, Badajoz…) venimos celebrando una Pascua familiar en las instalaciones del colegio San José de Villafranca de los Barros.
La idea nace de la necesidad de poder seguir viviendo con profundidad y hondura estos días de la Pascua del Señor, sin que nuestros hijos sean un obstáculo limitador que nos lleve a añorar aquellas Pascuas jóvenes celebradas en otras etapas de nuestras vidas.
Somos muchos, este año 75 adultos y 80 niños y eso requiere un gran esfuerzo de organización y buena disposición para acoger los desajustes que se pueden producir por la dificultad de movilizar a tantas personas. Pero el colegio nos lo pone muy fácil, la acogida es maravillosa, haciéndonos sentir como en casa y su personal de cocina y de limpieza siempre está disponible. De todos modos, esta experiencia es el fruto de muchos meses de esfuerzo y trabajo de sus organizadores, de los que coordinan cada día y de todos los que colaboran en la preparación de actividades y celebraciones. Los monitores que acompañan a nuestros hijos, facilitándoles una vivencia de la Pascua con dinámicas, juegos, oraciones y actividades acordes a sus respectivas edades, hacen que esta experiencia de fe cobre sentido para todos. Los jesuitas, Jaime Peñaranda y Pedro Armada también nos han facilitado con su cercanía y su saber estar en celebraciones y actos en los que a veces el silencio es relativo, que el lenguaje de Dios es el amor y se adapta a grandes y pequeños. La generosidad y la actitud de servicio emerge estos días por cualquier rincón del colegio.
En esta edición por primera vez, un grupo de 21 adolescentes que han venido viviendo juntos la experiencia de la Pascua familiar a lo largo de estos años han tenido la oportunidad de retirarse a Barcarrota para celebrar una Pascua juvenil en sintonía con la nuestra. Salieron con tres monitores el jueves Santo y regresaron el sábado por la tarde para celebrar con nosotros la gran vigilia pascual. Ha sido para todos una experiencia llena de sentido.
Cada año nos visita un personaje bíblico que nos ofrece un hilo conductor para ayudarnos a vivir la Pascua desde un modelo concreto de seguimiento de Jesús. En esta ocasión ha estado con nosotros María Magdalena, una mujer de rompe y rasga que descolocó a Jesús y permaneció con él hasta el final. De su experiencia de encuentro personal que le cambia la vida, brota un amor valiente, arriesgado, apasionado que le lleva a seguirle incondicionalmente hasta la cruz y que permanece a su lado, convirtiéndose, con las demás mujeres, en el primer testigo de la Resurrección. Y de ella hemos aprendido que el Reino de Dios se construye en cada corazón entregado por amor. Ahora tenemos la oportunidad de saborear en nuestra realidad de cada día, la VIDA y esperanza que nos ha traído el Resucitado».
¡¡¡Feliz Pascua!!!
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